BLOG LITERIO DE MARIO PÉREZ ANTOLÍN







domingo, 30 de diciembre de 2007

LA DECISIÓN

Si nunca te dejaron tomar una decisión
si siempre fuiste obediente
si eras el último en salir del trabajo
y el primero en entrar
si esperabas una recompensa
y te pegaron un puntapié
si tuviste miedo de reclamar
lo que nuestro derecho garantiza
si cuando diste una orden
no te hicieron caso
si la mujer de tu vida se fue
antes de que le declararas tu amor
si ya no estás dispuesto a cambiar
ten al menos valor
para en un final heroico
pegarte un tiro
demuestra que en el postrer momento
eres dueño de tus actos.

FUSIÓN DE CAJAS

El hecho de que las cajas de ahorro cuenten en nuestro país con una cuota importante del negocio financiero, introduce un plus de competitividad que redunda en beneficio del sistema en su conjunto. Si a esta contribución le añadimos la labor social que realizan, especialmente en su área de influencia, nos daremos cuenta de la nada desdeñable posición que ocupan, y deben seguir ocupando, en el modelo económico nacional y regional. Ahora bien, para que esto suceda es indispensable la modernización de sus sistemas de gestión, y la adaptación a los nuevos contextos internacionales; los cuales, como es bien sabido, pasan por un constante proceso de globalización y acumulación que hacen replantearse las tradicionales formas en que se organizaba este particular sector del mercado.
Al comparar estas tendencias con el entorno liliputiense de las cajas de ahorros de Castilla y León, uno no puede más que alarmarse ante el seguro reajuste que tendrá que producirse, si este viene liderado por el capital foráneo y responde a intereses ajenos a nuestra Comunidad. La alternativa no se plantea a favor o en contra de las fusiones, porque éstas son inevitables y beneficiosas para asumir proyectos de mayor envergadura, sino entre las entidades que asuman el riesgo de dirigir el proceso: Será endógeno, agrupando en una o dos, a lo sumo, el fraccionado panorama regional de las cajas, o será exógeno, y tendremos que ver como son absorbidas por alguna supercaja de otra Comunidad Autónoma.
Se trata de conseguir el tamaño eficiente con el que, mediante las oportunas economías de escala, poder asumir la financiación de iniciativas empresariales y de desarrollo imprescindibles para que nuestra región se coloque a la vanguardia del nuevo ciclo tecnológico. El argumento esgrimido por aquellos que se resisten a aceptar la tendencia selectiva y acumulativa de la competencia, según el cual, nuestra provincia perdería peso económico y capacidad de decisión, en el fondo esconde el temor a perder un instrumento a su servicio con el que consiguen influencia y reparten dádivas a sus clientelas o parentelas. Tal forma de afrontar nuestro futuro político y social demuestra una estrechez de miras sólo comparable con el provincianismo exasperante donde militan estos nuevos patricios locales.
Su juguete está a punto de cambiar de manos, les guste o no. Se acabaron las componendas y los tejemanejes que con tanto descaro utilizan para dirigir su parcelita de poder. Yo y otros muchos esperamos que con la próxima fusión de cajas consigamos, además de musculatura financiera capaz de sostener el crecimiento regional, una mayor solvencia y un compromiso social renovado. Es descorazonador que muchas empresas hoy tengan que salir fuera en busca de un crédito que haga viable su negocio. La prioridad de nuestros ahorros es crear riqueza, algo que no conseguiremos si estamos mal posicionados y mal dimensionados. En esto del dinero, el tamaño importa.

lunes, 24 de diciembre de 2007

TRISTES TRÓPICOS

Una orgía de manglares
y sebo de indígenas insomnes
atraviesa el horizonte
entre pasiones secretas
y corales marchitos.
Llevo una bandera púrpura
manchada con tinta de esqueletos.
He tenido fiebre cada vez
que pronunciaba tu nombre.
He untado de curare tus labios
para que morir de amor
sea algo más que una frase.
Y, ¿qué he recibido a cambio?
¿Cómo apagaste mi sed
y saciaste mi hambre?
¿Crees que me basta con
acercar mi cuerpo al tuyo
y soportar el voltaje
de un condenado a muerte?
¿Crees que es suficiente con
profanar los lirios pálidos
de tu pálida carne?
Te equivocas, no hay nada comparable
al deseo insatisfecho,
salvo el deseo de satisfacer
una promesa pendiente.

EL LIBRO PENDIENTE DE JUAN GELMAN

Este año el premio Cervantes ha recaído en uno de los poetas esenciales de la lengua castellana, digo lo de esencial no sólo por la importancia de su obra, que la tiene, sino especialmente porque la suya es una poesía que busca en la esencia del alma humana la dimensión de la palabra.
Juan Gelman estuvo en nuestra ciudad cuando recibió el premio Teresa de Ávila de las Letras, que fue el primer galardón literario importante que obtuvo en nuestro país. Después vendría el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, y ahora, el Cervantes. Parece que por una vez Ávila supo anticiparse al reconocimiento de un hombre universal cuya lucha por la dignidad le ha llevado a enfrentarse a las dictaduras y a reclamar la justicia de la memoria para los desaparecidos en Argentina. A él le tocó pagar un alto precio por la defensa de la libertad, soportando el dolor, que se filtra en sus versos, del asesinato de su hijo y el secuestro de su nieta.
Cuando coincidí con Gelman en el acto de entrega pude comprobar su grandeza al dedicar sus primeras palabras de reconocimiento al escritor que, aunque no le correspondió del mismo modo, compartió el galardón con él (el ser uno de los mejores poetas hispanoamericanos, y el que todos los poemas de su libro Citas lleven a Santa Teresa en el título eran méritos, según algunos, que como mucho justificaban un premio ex ecuo). Gestos así demuestran que en el autentico escritor crece antes la humildad que la egolatría.
Estos días he recibido numerosas llamadas de amigos que deseaban el libro de Gelman que el Ayuntamiento de Ávila tiene la obligación, según las bases, de publicar al ganador. Ciertamente de haber existido tal libro hoy tendríamos el honor, junto a la editorial Visor, de ser una de las pocas instituciones que cuentan en su catálogo de publicaciones con el último premio Cervantes. Ni que decir tiene que la edición se habría agotado inmediatamente y que estarían preparándose nuevas reimpresiones. Pero tal cosa no ha podido suceder por la negligencia de los responsables municipales que, incumpliendo el compromiso adquirido, acumulan un retraso inaceptable en la colección de libros Castillo Interior, donde debe recogerse una selección de la obra del escritor premiado. Junto a Juan Gelman, en la cola de espera están: Arrabal, Siles, Cremer y Clara Janés. Demasiados y demasiado buenos para someterlos a este inmerecido desprecio, que si algo socava, no es el prestigio de autores que se lo tienen bien ganado y merecido, sino la confianza en un Ayuntamiento que incumple la palabra dada sin importarle el descrédito de nuestro galardón literario más importante.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

SOPOR EN LA HORIZONTAL DEL UNIVERSO

La cigarra me sierra el cerebro
con sus tímbalos menudos,
la brisa enfría a ratos
el sudor que corre por la frente;
yo contemplo
estos campos exhaustos,
estas lomas que ondulan
la anatomía escuálida del terreno,
y una encina,
que como un faro entre tempestades
de trigo verde,
reclama la atención del celaje
y nos devuelve toda
la calma de la tarde.

RÉQUIEM POR UNA EMPRESA LLAMADA LEAR

Se cumplieron los peores pronósticos. La que fuera no hace mucho la mayor empresa de Ávila, en la que llegaron a trabajar hasta mil seiscientos trabajadores, ha anunciado su cierre definitivo para el mes de marzo. Esta noticia, no por esperada, resulta menos dolorosa; pues, por si alguien albergaba alguna duda, ahora queda diáfano como el agua de un manantial, que todo este montaje responde a un guión previamente pactado, donde unos aceptaban la decisión sin rechistar, a cambio de que los otros retrasasen el cerrojazo definitivo hasta después de las elecciones municipales.
Mientras los burócratas diseñaban un plan industrial virtual lleno de actuaciones teóricas que jamás se pondrán en práctica, la despiadada estrategia empresarial de una multinacional aconsejaba proceder a la deslocalización en busca de mercados laborales más baratos que permitan maximizar los beneficios sin la necesidad de aportes suplementarios de inversión en capital tecnológico.
Se podrá discutir si esto era o no inevitable, teniendo en cuenta las reglas que hoy imperan en el actual sistema económico globalizado, pero de lo que no hay duda, es de la hipocresía y la falacia que se ha utilizado en todo este asunto. Muchos nos preguntamos qué es lo que ha primado a la hora de tomar las decisiones: Reducir al mínimo los daños políticos colaterales o la defensa de los legítimos intereses de los empleados. Como siempre la cadena se rompe por el eslabón más débil, el de los asalariados. Resulta muy sospechoso, la forma gradual y por goteo con que la empresa se ha ido deshaciendo de su excedente laboral, ésta, viendo el proceso con la perspectiva que da el tiempo, respondía a una estrategia calculada en busca de dos objetivos: Que la opinión pública abulense asumiera sin alarma, en un primer momento, el mazazo que iba a suponer el desmantelamiento de su primera empresa industrial, y que las instituciones se fueran plegando sin ninguna resistencia a una decisión ya tomada.
En cualquier otro lugar, una agresión de esta magnitud hubiera puesto en pie de guerra a todas las instituciones públicas y privadas y, con ellas, a todos los ciudadanos. Por el contrario, estos escualos financieros han encontrado aquí una tierra abonada por la falta de espíritu reivindicativo de una clase política pusilánime y sumisa. Con este precedente, lo que asusta es lo que pueda suceder en el futuro, si nuevas empresas emulan este cierre incruento por el que tienen que pagar un precio ridículo, unido a la falta alarmante de políticas activas industriales en una ciudad que ve como sus jóvenes cualificados deben marcharse en busca de oportunidades laborales.
¿Qué pueden decir ahora aquéllos que cuando se produjeron los primeros despidos negaban lo que hoy es una triste realidad?
La mentira, como sabe algún político de esta tierra, tiene una corta vida.

viernes, 14 de diciembre de 2007

LAGUNA NEGRA

Una vez oí decir,
hace ya algún tiempo,
que el lago de la ciudad de Pushkar surgió
donde cayeron los pétalos de una flor de loto
que Brahma llevaba en sus manos.
Hoy, a la orilla de otra laguna,
a mucha distancia de aquella,
por fin comprendo el sentido último de la leyenda.
Nuestra tragedia consiste
en que cuando aparecimos sobre este planeta
las cosas ya estaban en su sitio,
y cuando nos marchemos,
apenas habrán cambiado.
El origen mitológico
pretende hacer del cosmos
un teatro de guiñol.
La destrucción apocalíptica
es la humana revancha
ante la certidumbre
de que hemos de abandonar el escenario
sin que haya finalizado la obra.

ENSEÑANZAS ARTÍSTICAS

Entre los objetivos inaplazables y prioritarios del consistorio abulense durante la actual legislatura debiera estar la consolidación y ampliación de los estudios artísticos. El primer paso se dio al crear, no sin muchas vacilaciones al principio, la Escuela de Música. Hoy la realidad ha demostrado a los agoreros que existe un número creciente de alumnos interesados en ampliar sus estudios musicales, y eso que las condiciones en las que se imparten las clases no son las óptimas. Lejos de quedar satisfechos con este tímido inicio, tendríamos que aprovechar la expectativa creada para ofrecer otra de las bellas artes al conocimiento de nuestros conciudadanos, demostrando que la etiqueta de ciudad cultural que algunos se empeñan en popularizar es algo más que un eslogan publicitario.
El siguiente hito en esta carrera de obstáculos, ya estaba casi erigido, pues la Escuela de Artes Plásticas contaba, antes de que tomara posesión el nuevo equipo de gobierno, con el lugar donde impartir las clases y con los profesores especialistas en las mismas. Todo estaba preparado para que comenzara el curso en octubre, a falta de contratar al Director. El incumplimiento de los plazos sería un fruslería si se debiera a un reajuste técnico sin más consecuencias, pero lo que hay detrás, y que el Alcalde no cuenta, es un mar de fondo, ligeramente picado, que ha conseguido soliviantar a muchos artistas de la ciudad, y que ha tenido como consecuencia la renuncia del que estaba llamado a encabezar este proyecto según las previsiones originarias. Reconducir la situación y comenzar las enseñanzas sin Director es una auténtica chapuza, impropia de un Ayuntamiento serio y profesional. Urge aclarar las cosas y consensuar un modelo que satisfaga a todas las partes implicadas en el proceso educativo, evitando que ninguna camarilla se apropie de una iniciativa pública.
Suelo ir a menudo al nuevo auditorio Miguel Delibes de Valladolid, donde se está programando un interesante repertorio de música sinfónica y de cámara. Nunca he visto completo su aforo, y eso que se trata de una ciudad de trescientos cincuenta mil habitantes que ostenta la capitalidad de la Región. ¿Se imaginan ustedes lo que puede pasar en el auditorio de nuestro Palacio de Congresos y Exposiciones, cuando se inaugure, si antes no hacemos una buena labor formativa de base que contribuya a crear al menos un público cultural?
En otras ocasiones, cuando existe el público, el interés y la afición, como es el caso del teatro, lo que falla estrepitosamente es la sensibilidad artística de nuestros gobernantes, los cuales, hace unos años, durante el mandato de Agustín Díaz de Mera, crearon una Escuela teatral que murió, o la dejaron morir, antes de que diera sus primeros frutos.
A quien corresponda: Ponga en funcionamiento las Escuelas, con la debida calidad, por el bien de sus paisanos; y porque algún día, no muy lejano, quizá se encuentre en disposición de aprender alguna cosa de provecho.

viernes, 7 de diciembre de 2007

LA PRIMERA NEVADA DEL AÑO

Los tejados se acolchan de satén blanco
entre el balanceo blando de los copos
y la gasa leve del cielo.
El mundo parece
hoy una fotografía en blanco y negro
dentro de una fea caja de zapatos.
No hay nada que perturbe nuestro sosiego;
el viento apenas sopla, el frío se templa,
los pasos se amortiguan.
Ninguna excusa nos impide arrojarnos
al vacío desde la ventana, salvo
que está nevando,
y es la primera vez que lo hace este año.

LAS DEHESAS DE ÁVILA

Las manos artríticas asoman sus dedos torcidos y nudosos entre los poros abiertos del zócalo, cubren su esqueleto con una piel coriácea de reptil tan reseca que parece el fondo de un pantano sin agua. La copa enjoyada de diminutas escamas verdes aguanta la escarcha y el cierzo, demostrando un aplomo casi mineral. Diseminadas por la penillanura, en una formación ahuecada y extensa, cruzan barrancos, saltan riscos, rodean crestones de cuarcita hasta que, de forma imperceptible y gradual, el porte se encoge, la comunidad se degrada, el árbol se convierte en matorral, y el matorral en nada.
Después vendrán las bolas de piedra; mamuts estáticos que reposan anclados en la corteza de un pan caliente recién horneado. No cayeron del cielo como los aerolitos, no surgen de la tierra como los hongos, estaban allí, los berruecos, resistiendo antes de que fueran desmanteladas por los meteoros las sucesivas capas de polvo y escoria que depositan las eras.
Este paisaje es el mejor ejemplo de cómo la acción antrópica puede modificar un ecosistema sin degradarlo ni destruirlo. Lo que ahora hemos convertido en un catálogo de buenas prácticas, y un modelo de desarrollo sostenible, resulta que durante cientos de años era para muchos ganaderos y agricultores abulenses un modo habitual de ganarse la vida respetando la riqueza ambiental de donde sacaban el sustento: Leña de encina o alcornoque obtenida de las ramas podadas; bellotas y pasto con los que criar a los cerdos y las vacas; caza que complementaba la dieta y permitía conseguir unos ingresos extraordinarios; y, en las zonas más ralas, el cultivo del cereal. Todo ello en perfecto equilibrio y con un hábitat disperso que fijaba la población, evitando el temido problema de la desertificación que hoy angustia a nuestras zonas rurales.
Durante largo tiempo, estas explotaciones extensivas contribuyeron a hacer de las dehesas de Ávila un enclave propicio donde ciertas formas culturales consiguieron crear una peculiar idiosincrasia, a pesar de su apariencia áspera y agreste. Hoy, después de ciertos cambios inevitables, estos parajes siguen siendo el mejor ejemplo, quizás, de cómo tradición y modernidad deben de imbricarse con el fin de conservar la biodiversidad en entornos correctamente humanizados.
Esperemos que la urbanización descontrolada, el desarrollismo extremo, o el ocio exclusivista, no acaben con lo que todavía en la actualidad es parte de nuestras señas de identidad, y un tesoro natural de incalculable valor.

lunes, 3 de diciembre de 2007

SONIDOS

Me crece en el pecho el fragor
de los planetas destruyéndose,
la rabia de los perros despedazándose,
el silencio antártico de tu voz.
En el alma me dejas un murmullo
que se desvanece en una queja improbable.
Te deseo y te grito.
Hago percutir los huesos quebradizos
innecesariamente tuyos y no míos.
El estridor de insectos metálicos
perfora la garganta, por la que salen,
sílaba tras sílaba, las palabras
que se intercambian los amantes clandestinos.
Todo es anterior a la voz,
cercano a la fricción de dos pieles en contacto
y posterior a la vibración irreverente de las llamas.
Paseo por la campiña y al escuchar
la calma sosa de las majadas y los bosques,
tiemblo, porque a mí me llega también,
como en una interferencia telefónica,
el mugido sumiso de las reses degolladas,
el crujido seco de los árboles talados.

ROTONDAS ESCULTÓRICAS

Considerar la escultura como un simple adorno o aderezo que complementa el mobiliario urbano demuestra la estrechez de miras del que tal cosa defiende. Cualquier manifestación artística entabla un dialogo provechoso con su entorno, formando un conjunto en constante tensión que modifica el reconocimiento y la valoración de ambos.
Después de dar un breve paseo por nuestra ciudad, uno tiene la sensación de que, no sabiendo muy bien que hacer con sus esculturas, el Ayuntamiento ha decidido diseminarlas, a la buena de Dios, en unos lugares totalmente inapropiados para que no molesten demasiado. Se necesita tranquilidad, contemplación, cercanía, a la hora de deleitarse con una obra de arte, y nada de ello es posible encontrarlo en el tráfago que rodea las rotondas. Resulta, cuando menos, extraño, que una ciudad patrimonio de la humanidad que ha hecho de la peatonalización de su casco histórico un objetivo prioritario, decida colocar sus esculturas fundamentalmente en las principales arterias del tráfico rodado. Dislates de este tenor, son, por desgracia frecuentes en nuestra ciudad, y demuestran, siendo bien pensado, la falta de sensibilidad estética de quienes gestionan la cultura igual que la planta de saldos de unos grandes almacenes.
Tratándose de arte, la calidad no se mide en metros, por lo que no debiéramos permitir que siempre el gigantismo condicione la ubicación. Hay plazas recoletas y rincones apacibles donde una pequeña estatua puede realzar inopinadamente los atributos urbanísticos de un paraje. Por el contrario, algunas veces, una propuesta absurda puede convertirse en una afrenta y un puñetazo de mal gusto en la parte más sensible de nuestro espíritu; no quisiera dar ejemplos, pero no me resisto a señalar con mi dedo acusador la torpe reproducción, a manera de enorme souvenir, de una figura zoomorfa que decora, como no, una rotonda de la zona sur de la ciudad.
En otras ocasiones hay espacios centrales y significativos de Ávila que están pidiendo a gritos una instalación escultórica, tanto más necesaria, cuanto que una reciente remodelación ha despejado de obstáculos las perspectivas visuales, y que, por no se sabe que extraña razón, nadie toma la decisión apropiada. Me refiero a la Plaza del Mercado Chico que después de la peatonalización y de estrenar un nuevo pavimento ha quedado en condiciones inmejorables para que un gran escultor contemporáneo utilice nuestra ágora como escenario donde mostrar su talento.
Y puestos a pedir, me atrevo a lanzar la siguiente sugerencia; que el motivo representado sea un homenaje a Tomás Luís de Victoria, cumbre de la polifonía renacentista y precursor del lenguaje musical barroco. Justo es que si Santa Teresa tiene El Grande, nuestro músico más eximio tenga el chico, pues, no por casualidad, son los mejores embajadores culturales de Ávila en el mundo.

sábado, 24 de noviembre de 2007

IN OMNE TEMPUS

Esa estrella que columbras ahora
hace mucho que congeló sus brasas.
Fue un soplo de tu vida en el pasado
el recuerdo que atraviesa tu mente.
Esta vela que apagas con los dedos
mañana nos sacará de la noche.
Las formas arrancadas a la piedra
por la mano experta del escultor,
el tiempo se encargará con su paso
de que tengan su prístina figura.
Un cuerpo momificado en Egipto,
cuatro mil años después, me reclama
en las salas de un lúgubre museo
y a cientos de leguas de distancia.
La mejor forma de escapar al tiempo,
es dejarse arrastrar por la corriente;
y, desembocando en su nacimiento,
renacer en su desembocadura.

LA PERIFERIA DE LA PERIFERIA

La vinculación de los territorios con entidades jerárquicas de mayor rango no acaba con la mera adscripción administrativa a conjuntos supralocales, esta integración formal tiene que ir acompañada de una interacción funcional que justifique y de sentido al agregado operativo que la suma de esfuerzos ha creado. Aun con todo, y por si fuera poco, este requisito objetivo tiene que adaptarse a un sustrato precedente formado por una serie de empatías de tipo histórico y cultural necesarias para que se cree la obligatoria identidad del conjunto.
Los habitantes de un lugar tienen que notar que la inclusión en una determinada provincia o región les trae más beneficios que perjuicios, o lo que es lo mismo, tiene que haber un saldo favorable entre los outputs y los inputs, entre lo que sale y lo que entra, entre lo que doy y lo que recibo. De esta manera estarán seguros de que la relación, que en gran medida es de conveniencia, entraña un beneficio mutuo y se afianzarán los lazos de pertenencia. De no se así, lo más seguro es que los desequilibrios internos aumenten y se produzca una desafección que será aprovechada por aquellos que saben convertir las flaquezas ajenas en oportunidades propias.
El Valle del Tietar tiene unas singularidades que le convierten en una unidad geográfica diferenciada, lo cual, a la postre, entraña unas claras fortalezas, derivadas de las características bonancibles de su clima; pero también unas debilidades, atribuibles a un inveterado aislamiento que hasta la fecha no ha sido remediado del todo. Partiendo de esta realidad desvertebradora, cuesta entender que una reivindicación tan justa y fundamentada como la construcción de un hospital comarcal no sea atendida por la Administración Regional. Con ello, no sólo se devalúa la salud de un buen número de abulenses, sino que se amplia la brecha que separa a esta comarca de la provincia y de la región. Y es que no les falta razón a aquellos oriundos del valle que se quejan de que pagando los mismos impuestos que el resto, lo que reciben a cambio no alcanza para mejorar los servicios y las infraestructuras más básicas.
La España de las autonomías ha introducido unos desequilibrios interregionales que las zonas fronterizas contemplan con enorme asombro y estupor. Las cosas pueden cambiar para mejor o para peor a pocos kilómetros del límite regional y, ya se sabe que las comparaciones son odiosas, en tanto que ponen en evidencia el déficit de unos y la prosperidad del vecino.
Espero que no tengamos que arrepentirnos en el futuro de una decisión tan equivocada que demuestra hasta que punto el Tietar es la periferia de otra periferia que es Ávila.

lunes, 12 de noviembre de 2007

DIVINA COMEDIA

Siento el dolor antes de que me injuries
escucho tus palabras acerbas
dentro de una caja de resonancia
me mortifico sin haber oído la condena
me anticipo sumiso al castigo ejemplar
invoco clemencia por los pecados capitales
aunque sean de otros
arrastro mi culpa sin saber muy bien si es mía
soporto todo el peso de la contrición sobre los hombros
me apresto a pasar en un nicho de cemento
el resto de mis días
y a errar por el mundo como un alma en pena
si me acompañas tú en este viaje a los infiernos
sería capaz de volver a decir te amo
en la penumbra en el éxtasis en la derrota
antes incluso y después de la muerte te seguiré amando.

EL MULTIVERSO

En 1957 el físico Hugh Everett hizo pública su teoría del multiverso, la cual propone que cuanto existe muestra distintas versiones según el mundo en el que se encuentre. Esta teoría, como todas, tiene sus detractores y sus defensores, que no consiguen ponerse de acuerdo por mucho que investigan, prefiriendo cada uno su tipo de corte y confección astral; pues los hay planos, abiertos, cerrados y ramificados, casi como los trajes a medida, a medida del científico que lo propone, se entiende.
De entre todos, me quedo con el último, no porque milite en las filas de la mecánica cuántica, sino porque hace volar mi imaginación, y siempre he creído que los sesudos desarrollos matemáticos no tienen que estar reñidos con la lujuriosa fantasía de los poetas.
Las consecuencias prácticas y teóricas de este modelo, a nadie se le escapa, serían, cuando menos, de lo más chocante y entretenido. Por ejemplo: ¿Cuál de las múltiples posibilidades de usted mismo es la que prefiere su mujer? Si todos los escenarios posibles derivados de una decisión están representados en su propio universo, qué más da que haga una cosa o la contraria. Qué apuesto al negro en la ruleta y pierdo, mi otro yo habrá apostado al rojo y estará dando botes de alegría.
Tiene que haber en alguna otra dimensión celeste una ciudad con cien mil habitantes, con una real fábrica de algodones del siglo XVIII rehabilitada, con una necrópolis musulmana convertida en parque arqueológico, comunicada con AVE a Madrid, donde trabaja todo el que quiera trabajar y el agua del grifo se puede beber, con un tribuno de la oposición prudente y documentado, y un gobierno modesto y solidario. De ese idílico lugar disfrutará mi alter ego, mientras yo tengo que aguantar que las promesas que hacen los partidos en campaña sólo se cumplan en alguna rama de un universo paralelo. Casi estoy por hacerle una propuesta a mi doble sideral; cambiarnos el puesto, aunque sólo sea por unas horas, para experimentar que siente un ciudadano satisfecho.
Dentro de unos años, quizá una nueva hipótesis proponga una variante no menos divertida que permita establecer hipervínculos de comunicación entre los distintos ámbitos del hiperuraneo, para entonces ya se habrá implantado el turismo interestelar que le posibilite a usted saber qué habría pasado si esa decisión que tomó a regañadientes fuera distinta.
¿Cómo sería nuestra ciudad sin muralla; más grande, más chica o igual? ¿El Ávila industrializado y anticultural que se manifiesta en los desvaríos de un querellado político abulense proporciona más o menos calidad de vida que el actual? No sea usted vago y descúbralo por un módico precio en el transbordador chárter. ¿Qué tal les irá a esos abulenses que se integraron en la Comunidad de Madrid? ¿Habrán conseguido tener las cercanías ferroviarias?
Todas las probabilidades encuentran su sitio en algún universo. Si el que le ha tocado en suerte no le gusta, si la ciudad en la que vive no le agrada, tiene dos opciones; el viaje en el espacio o en el tiempo, siempre que no se encuentre consigo mismo.

lunes, 5 de noviembre de 2007

SIN ALIENTO

Yo nunca fui capaz de contener la respiración el tiempo necesario, pero di­cen que hay un momento en el que los sonidos se transforman en viento, las imágenes en luz y el cuerpo descansa en un estanque de sangre.

Recuerdo una tarde, durante un largo beso; no me hubiera importado que con­sumieras el escaso oxígeno que quedaba entre nosotros. Fue el contacto de tu mano en mi sexo lo que me salvó la vida.

Tiempo antes, mientras descubría de niño las profundidades del mar, decidí demorarme un instante más de lo aconsejable. Esa vez fue una burbuja que subía como un ojo vacío lo que me arrancó del sueño y me hizo romper el cristal de la superficie del agua.

Esperaré otra oportunidad durante la cual nada me distraiga del desvanecimiento o no tenga fuerzas para evitarlo.

LA COLA Y LA MANO TORPE

Ávila se ha beneficiado durante estos últimos años de su postergación levítica. Me explico; en una época en que casi todo estaba manido, trillado y saturado, aparece una joya por descubrir a poco más de cien kilómetros de Madrid, con un grado de conservación, por mor de su inveterada atonía, francamente envidiable. Lo que durante siglos fue una rémora que cercenaba cualquier iniciativa de progreso, se convirtió en una oportunidad turística que, bien aprovechada, podría convertirse en el motor de arranque que permitiera el despegue de nuestra ciudad.
Pero no hay bien que cien años dure, y está claro que no se puede vivir siempre de las rentas. El factor sorpresa y novedad es sumamente perecedero, y dura hasta que el mercado, en este caso los visitantes, han tenido la ocasión de descubrir y admirar una belleza tan bien guardada. Por lo demás, consideremos que el turismo, por definición, tiene una impronta consumista bien marcada, casi de usar y tirar. Una vez que se sacan las fotos y se engulle el menú típico, uno ya no se acuerda de lo que dejó atrás. Hay que buscar nuevas piezas que cobrar en la cacería del souvenir con las que deslumbrar a los amigos en las soporíferas veladas vespertinas de los sábados. No se prodigan los viajeros diletantes y contemplativos en los viajes organizados de fin de semana.
La capacidad de atracción de Ávila, salvo que se organicen y programen actividades culturales y de ocio con la calidad suficiente como para merecer la presencia de público forastero, terminará tocando techo, y será inevitable que las cifras de visitantes se reduzcan de una forma progresiva describiendo la conocida curva de demanda.
Otras ciudades monumentales de interior que nos llevan delantera, y que pasaron por lo que estamos ahora experimentando, tuvieron que, como nosotros, en un primer momento mejorar y renovar los equipamientos y las infraestructuras turísticas, para, en un segundo momento, cuando la mayoría ya se hubo extasiado con su patrimonio, diseñar un plan permanente de eventos artísticos y recreativos de primera línea, capaces de tentar y hacer volver a los foráneos, ampliando, a ser posible, la estancia. Sería dramático que, después del enorme esfuerzo que han hecho las instituciones y los empresarios con el fin de poner al día el patrimonio, la hostelería y la promoción, por la falta de ímpetu y ambición en las actividades complementarias, se produjera un parón, o peor todavía, un declive, en una de las posibilidades de negocio más prometedoras.
Hasta ahora, lo que se está haciendo en este ámbito no pasa de lo mediocre y ramplón en la mayoría de los casos. No vale ni siquiera como consumo interno, tanto menos como reclamo de turistas, teniendo en cuenta la competencia feroz de festivales, exposiciones y otros actos que mensualmente se ofertan en las ciudades del entorno.Entre los muchos fallos que el responsable del área debiera solucionar, escojo éste, por lo obvio del caso: Cuando alguien de Madrid, es un ejemplo, quiera conseguir una entrada de cualquiera de las actuaciones que se programan en Ávila, se encontrará con que resulta una tarea imposible porque, aunque parezca mentira, todavía aquí no se pueden comprar por teléfono o Internet. ¿Será que la cola forma parte del tradicionalismo de nuestras costumbres o será que una mano negra, quizá torpe, hace todo lo que está en su mano para que las cifras de visitantes empiecen a bajar?

martes, 30 de octubre de 2007

CONFUSIÓN CALCULADA

La división de poderes, el sufragio universal y la aconfesionalidad están en la base del proyecto ilustrado y constitucional que inspira el ordenamiento jurídico de los países democráticos. Llama la atención que principios tan avalados y consolidados, aún hoy, en algunos lugares, sean constantemente conculcados por las autoridades que debieran velar por su cumplimiento.
Los tiempos en que el Jefe del Estado entraba en las catedrales bajo palio, o en que era obligatorio el catecismo en los colegios, han pasado por mucho que les fastidie a los nostálgicos recalcitrantes de la España tridentina. La libertad de culto está garantizada en nuestras leyes, sin que ninguna religión goce de privilegios especiales o del monopolio de la espiritualidad.
El que por dos veces, la interventora de la Diputación haya cuestionado sendos convenios suscritos con el Obispado, y referidos al Centro de Documentación y a la contratación de un sacerdote en la Residencia de las Infantas Elena y Cristina, debiera dar la voz de alarma sobre la implementación de procedimientos administrativos de dudosa legalidad, que aunque pueden ser amparados por la buena voluntad y la tradición, a todas luces entran en conflicto con la separación inobjetable que debe existir entre la iglesia y el poder civil. Esta confusión que algunos propugnan a nadie beneficia, y menos que a nadie, a la propia iglesia católica, pues hace recaer sobre ella una responsabilidad que no tiene.
A pesar de lo que muchas veces pasa en Ávila, ya son cada vez menos los centros públicos que se inauguran con una ceremonia litúrgica. Las corporaciones municipales van comprendiendo que fuera de las fiestas patronales, en el resto de celebraciones religiosas, no es prudente que procesionen. Son pocos los programas de fiestas que incluyen las misas y eucaristías. Y si esto sucede, no es porque avance como una mancha roja el laicismo bolchevique, sino porque es un rasgo de la civilización moderna eliminar los restos teocráticos del antiguo régimen.
Parece que ha llegado el momento de citar la frase bíblica que dice: “Dad a Dios, lo que es de Dios; y al Cesar, lo que es del Cesar” como antecedente más remoto de la necesaria divergencia de las cosas mundanas y divinas. Sólo mediante esta escisión funcional es posible la convivencia y la colaboración en el marco de la pluralidad de credos y creencias. Ni los sacerdotes son funcionarios del estado, ni los munícipes son acólitos de la curia. Cada uno en su puesto haciendo lo que le corresponde, sin ingerencias; así nuestra provincia habrá entrado definitivamente en el siglo de las luces.

DIRÁS

Llegará la noche y dirás que aún la tarde declina.
Llegará el invierno y dirás que aún el sol calienta.
Llegará la vejez y dirás que aún el cuerpo aguanta.
Llegará el desamor y dirás que aún mis caricias te excitan.
Porque la noche no quema, ni el invierno abrasa,
ni la vejez duele, ni el desamor taladra.
Sólo cuando llegue la muerte dirás que la muerte ha llegado.

lunes, 22 de octubre de 2007

QUE ÁVILA NO PIERDA EL TREN

Dice mucho del nivel de desarrollo de Ávila, el que, a estas alturas, cuando se diseña el modelo digital de alta densidad tecnológica, el debate político gire en torno al ferrocarril, una infraestructura decimonónica que debiera estar perfectamente consolidada y actualizada.
Así las cosas, de nada vale la resignación, el desconsuelo y el linchamiento de responsables ciertos o ficticios. Lo que aconseja la razón es elegir adecuadamente las prioridades, poner manos a la obra, y sumar esfuerzos sin caer en la tentación de sacar ventaja política manipulando a la opinión pública.
Los abulenses sabemos lo que queremos, no nos dejamos despistar por los falsos debates terminológicos. Sean galgos o podencos, se llame AVE, alta velocidad, velocidad alta o altas prestaciones, lo importante es conseguir un tren que nos lleve a Madrid en 50 minutos y que no cueste más de 10 euros, con unas frecuencias que se adapten al calendario laboral y a la oferta de ocio y servicios de la capital de España. Bien poca cosa, si en el fondo somos muy fáciles de complacer.
Hasta ahora, la situación no pintaba bien porque los que tenían que decidir empujaban en sentidos opuestos. Una nueva oportunidad se adivina en el horizonte, y esperemos que, la torpeza de unos y el egoísmo de otros, no malogren esta posibilidad. En la última reunión entre los Presidentes de España y Castilla y León se ha llegado a un principio de acuerdo para que en los próximos presupuestos generales del estado haya un esfuerzo suplementario destinado al ferrocarril de nuestra región.
Sería un absoluto despropósito que, ahora que se han puesto de acuerdo los jefes, los subalternos provinciales no aprovechen la oportunidad para que parte de esas inversiones se destinen a la línea Ávila- Madrid, por ser ésta la más necesitada de mejoras.
En esta coyuntura, lo más sensato sería enterrar el hacha de guerra, firmar la paz y alcanzar un acuerdo, que consistiría, a grandes rasgos, en suspender, al menos hasta las elecciones generales, las movilizaciones de la plataforma, y en que el PSOE reconsidere seriamente su ingreso en esta organización social, sentando las bases de una nueva época caracterizada por la confianza mutua y la cooperación sincera que anteponga los intereses de Ávila a los intereses de partido.Quizá sea mucho pedir a los sabios estrategas que dirigen la impostura política y el fuego cruzado, el que una vez tan sólo olviden sus diferencias y hagan algo provechoso por los ciudadanos a los que representan; porque han de saber, que si fallamos en esta ocasión, sí que habremos perdido el tren para siempre, alejando, más si cabe, cualquier posibilidad de acercarnos al progreso. El común de los mortales no tenemos coche oficial que nos lleve a Madrid.

AQUELARRE

Soporto la codicia invernal de tus ojos soberbios.

Entra el aliento a raudales por el pasillo angosto del alma y siento una deflagración que pone en estado de sitio mi conciencia.

Tienes que despedirte. Sé que nunca vas a reconocer tu culpa y pasear entre los sauces que jalonan los meandros del río es una deriva hacia las costas de la muerte.

En sus acantilados podrás anidar como los cormoranes y volar siguiendo el trazado helicoidal del aire caliente; mas ten presente que otras mujeres por me­nos perecieron torturadas, y los despojos sólo recibieron el cariño de un gato negro.

Cuando entres en casa y te abrace sumergido en la alquimia táctil de nuestros dedos, no necesitaré otra respuesta. Para mí, poseer tu cuerpo después del diablo sobre­puja la delicia perversa del orgasmo.

martes, 16 de octubre de 2007

FARSA MEDIEVAL

¿Quién le iba a decir a Raimundo de Borgoña y sus mesnadas que, andando el tiempo, se convertiría en un recurso turístico de ambientación fraudulenta para conseguir una puesta en escena de tele-realidad desvirtuada y pseudo-folclorista?
Lo de menos es conocer nuestro pasado e interpretar las claves de su historia. La obsesión dominante es el entretenimiento huero, y si para ello hay que poner un disfraz chocarrero a la ciudad y llenarla de figurantes que mejoren la ambientación artificial, pues bien venido sea con tal de que algún concejal saque pecho o barriga con las estadísticas amañadas de visitantes.
En el macro-carnaval kitsch todo es posible. El atrevimiento y el anacronismo mejoran las oportunidades de los buhoneros que sólo pretenden engordar la caja, aunque tengan que ponerse un jubón y bautizar sus tapas de toda la vida con la nueva pose impuesta por la micrococina de las tres culturas. Y así, nuestras revolconas, que se añadieron a nuestras costumbres culinarias después del descubrimiento de América, aparecerán renombradas como papas del medievo o cualquier otra majadería por el estilo.
Ávila no necesita vivir un espejismo cada año que la convierta en un decorado de cartón piedra para entrar en competencia con la infinidad de ciudades que pugnan dentro del ranking de la mejor farsa medieval. A base de mercantilizar, devaluar y vulgarizar nuestra identidad histórica, acabaremos por convertirla en uno más de los reclamos publicitarios que se usan para falsificar la realidad y convertirla en un parque temático donde, con un poco de imaginación, uno retrocede en el tiempo, y participa en un torneo o un asedio, eso sí, sin quitarse las NEIK o las Ray Ban. Qué más se puede pedir, y además puede usted comprar alguna ganga en el mercadillo enmascarado donde le venderán una auténtica antigüedad hecha con la última tecnología japonesa.
No pretendo pecar de purista intransigente, entiendo que este tipo de montajes resulten atractivos a las ciudades satélites de Madrid que carecen de vestigios y heredad, o a los tour operadores que organizan paquetes turísticos a Disney World, pero una villa de rancio abolengo, si estuviera bien gestionada, conservada y urbanizada, no necesitaría de estas estridentes chabacanerías para deslumbrar con su pasado y su presente, armónicamente integrados, a cualquier visitante del mundo.
Malo cuando una ciudad tiene que echar mano de semejantes supercherías y aderezos, demuestra una falta de autenticidad preocupante que intenta solucionar, metamorfoseándose, por unos días, en una opereta bufa carente de rigor, que terminará entrando en decadencia en el momento en que el aburrimiento gane la partida a la novedad. Claro que en esa vorágine peligrosa siempre aparecerá el arribista de turno que esté dispuesto a dar una vuelta más de tuerca, ofreciendo una nueva mascarada que nos sitúe al borde del esperpento, por el bien de su carrera política.
Algunos, por el contrario, lo que deseamos es que nuestros ínclitos representantes no nos organicen tantos festejos y pantomimas, y se apliquen a lo de siempre pero bien hecho: Conservar y hacer visitable nuestro patrimonio; diseñar y aplicar un planeamiento equilibrado, social y sostenible; garantizar unos servicios útiles y modernos; y mantener las infraestructuras en buen estado. En definitiva, saraos los justos y, a ser posible, de auténtica calidad. El resto, trabajo honrado y vocación de servicio, justo lo que hoy no abunda.

lunes, 1 de octubre de 2007

DARWINISMO SOCIAL II

La humanidad da asco desde que pretende reconciliarse consigo misma. En el combate por la subsistencia, el asesino es el más honrado, cuando mata ni siquiera se siente orgulloso.

El hombre es la única especie que se avergüenza de ser como en realidad es y quiere ser lo que en realidad no es.

Observad a cualquier enfermo ante la muerte, acaso creéis que el último pensamiento se lo dedica a sus deudos; esa mueca de sarcasmo es la complacencia del que se va, pero sabe que no hará el viaje solo.

PAISAJES AMENAZADOS

Pocas cosas tan agradables como vagar errabundo por los alcores y las vegas de nuestra provincia para solazarse después del trajín al que nos somete la vida moderna. A cada paso contemplamos un detalle inesperado que nos sorprende y nos embarga de emoción irrefrenable. Sean los neveros en las altas cumbres de Gredos, los campos de cereal en el crepúsculo morañego, los meandros del Alberche o la floración de los piornos; todo forma parte de un bien preciado de incalculable valor que recibimos como el mejor legado de nuestros ancestros, y que estamos moralmente obligados a preservar aun a costa de nuestros intereses crematísticos.
La Proliferación de urbanizaciones en parajes de singular belleza entraña un conflicto entre conservación y desarrollo que llegará a convertirse en una fuente permanente de desestabilización sino aceptamos por consenso unas normas básicas de comportamiento que, más allá de las leyes, generalicen una nueva cultura ambiental donde quede desterrada cualquier intervención humana que rompa la armonía que ha de existir entre lo natural y lo artificial.
Nadie debe oponerse a que, en un poblamiento disperso o concentrado, se proyecten viviendas integradas en el paisaje, pero tendremos que dejar oír nuestra protesta más airada cuando éstas se construyan a costa de unos recursos limitados o de unos ecosistemas frágiles. Siempre hay alternativas que permiten salvaguardar el medio ambiente, aunque ello suponga buscar otra ubicación o modificar cuantitativa y cualitativamente el proyecto inicial, y en caso de contradicción insuperable deberemos optar siempre por aquella opción que no subvierta los equilibrios originales.
Desgraciadamente, a la vista de los desaguisados urbanísticos que se están cometiendo en Ávila (cualquiera recuerda para nuestra vergüenza los casos de Las Navas, Candeleda, Villanueva de Gómez, Campo Azálvaro…), las cosas no se están haciendo bien. Algunos empresarios sin escrúpulos en connivencia con otros agentes irresponsables prefieren el beneficio rápido y especulativo al planeamiento ordenado y respetuoso con el entorno; una mentalidad impropia de estos tiempos que alienta el pillaje depredador en busca de la rentabilidad inmediata para unos pocos en contra del provecho de la mayoría. Mientras ciertos políticos permisivos hacen el trabajo previo y facilitan la catástrofe, los nidos de águila se caen, los bosques de pino se talan, el suelo se erosiona, los campos de golf secan los acuíferos. En definitiva, perdemos los abulenses nuestro recurso más preciado; aquel que durante siglos en buena medida forjó nuestra identidad y nuestro carácter, sin el cual nos convertiríamos en una colonia de recreo impersonal para el ocio consumista e insostenible. Ávila no puede apostar por el modelo Marina Door “Ciudad de vacaciones “, nuevo campo de concentración de diversión en serie, sino que debe seguir apostando por el turismo rural respetuoso con el paisaje tradicional y las costumbres populares, del que Ávila se ha convertido en un digno ejemplo por el buen hacer de la Diputación; por eso cuesta entender el silencio de esta institución con los atropellos urbanísticos en la provincia.

domingo, 30 de septiembre de 2007

DARWINISMO SOCIAL I

Pertenezco a una especie animal que tomó la posición erguida con el único pro­pósito de reconocer en la lejanía al enemigo que se aproximaba.

Cuando las amenazas disminuyeron, el Homo erectus utilizó esta facultad para amenazar, a su vez, a otras especies.

Desaparecido todo vestigio de incertidumbre, los hombres apoyados sobre dos extremidades empezaron a exigir a sus congéneres una ligera inclinación de ca­beza, de esta forma comenzó lo que los historiadores conocen como la neolitiza­ción.

El sapiens ya no se conforma con una reverencia más o menos profunda, según los casos, prefiere la horizontalidad de los cuerpos inertes en las fosas comunes, es más unánime.

La víctima se convirtió en tirano, el tirano en asesino.

EL AGUA Y LA PIEDRA

Las Administraciones Públicas, más allá del partido que las dirija, deben dar ejemplo de buena gestión, anteponiendo la cooperación sinérgica al enfrentamiento estéril. De no ser así, somos los ciudadanos los que pagamos las consecuencias de la parálisis y el mal gobierno. Ellos representan una mala comedia de enredos políticos, y nosotros bostezamos y sufrimos en el patio de butacas sin más consuelo que un abucheo entre actos; además, sus insidias y puyazos de poco valen, pues no sólo son contumaces en el error, sino que comparten muchas veces los mismos despropósitos como siameses mal avenidos.
El último burladero que han encontrado para justificar lo injustificable es el incumplimiento de contrato, dicen ellos, por parte de las empresas que licitan obras públicas. Por mor de estos reiterados traspiés sufrimos inadmisibles retrasos en la inauguración de proyectos vitales para nuestro desarrollo, que nos ponen en una situación de desventaja con respecto a otras ciudades con líderes menos obtusos.
La recuperación del margen derecho del río Adaja debería estar concluida hace un año según los plazos previstos, pero, a pesar del dinero invertido, esta zona de ribera de altísimo valor ecológico sigue su imparable proceso de degradación asfixiada por el cemento de la especulación inmobiliaria. El Prado de Ávila pronto entrará en el libro de los records Guiness. A estas altura los abulenses debiéramos estar disfrutando de las magníficas colecciones de la primera pinacoteca del país, y sin embargo asistimos perplejos a un culebrón por entregas donde cada día que pasa es más difícil desentrañar la madeja burocrática que amenaza con postergar sine die el que debería ser uno de los recursos turísticos y culturales con más futuro de España.
Mientras los unos siguen tirándose los trastos a la cabeza de los otros, sin solucionar los problemas que en realidad preocupan a los hombres y mujeres de Ávila, para sacar alguna tajada en el circo de la permanente impostura política, el río sigue deslizando sus mansas aguas indiferente a la gresca y al tumulto mediático, sabedor que las obras humanas, por útiles y necesarias que sean, no dejan de ser una imperfecta adaptación del orden natural de las cosas que, más temprano que tarde, acabarán sepultadas por el sedimento del tiempo. Algo parecido le ocurre al Palacio de los Águila, testigo privilegiado de los avatares de una villa que se resiste a languidecer y que, sin perder los vestigios de su pasado, quiere protagonizar los cambios que la sitúen en la senda del futuro prometedor. El agua y la piedra son el símbolo de la permanencia frente a la contingencia de la arrogancia humana, cuando ésta además viene acompañada por la sinrazón, cualquier intento bienintencionado se convierte en un acto fallido y esperemos que reversible.

sábado, 29 de septiembre de 2007

DIÁLOGOS DEL CONOCIMIENTO

-¿Dime, por qué fuiste?
-Por esa extraña manía que tienen algunos hombres de perturbar el silencio del bosque, con el silencio cómplice del alma.

-¿Encontraste lo que buscabas?
Hallé, sin proponérmelo, la síntesis perfecta allí donde menos suponía.
"La rotunda pesadez del tronco y la ligera ingravidez de las ramas".

-¿Es eso suficiente?
-Tal vez, si la humanidad fuera un monte repoblado de certezas.

-¿En qué estación del año?
-En otoño, aunque parezca una broma del destino, las mejores ideas las tuvieron los ajusticiados justo antes de perder la cabeza.

LOS TOPILLOS DEL VERANO

En la cartera del Consejero de Agricultura saliente iba un regalo envenenado para la Consejera entrante, que se ha convertido, por la incapacidad manifiesta de unos, y la constancia reivindicativa de otros, en la noticia del verano. Una noticia que, como las pegadizas canciones estivales, contenía un estribillo de lo más simple y certero. Los topillos fastidiaron el veraneo del Presidente Herrera. Lo que ni el propio Villalba había conseguido en sus embates más furibundos, lo consiguieron estos pequeños roedores. La culpa no es, sin duda, de los famélicos animales, que lo único que hacen es seguir sus instintos; ni de los ecologistas, que tan sólo pretenden preservar nuestros deteriorados ecosistemas; ni de los agricultores, que defienden sus producciones, sus rentas y los paisajes rurales tradicionales. Aquí, la única responsabilidad constatable es de quien no escuchó las voces de alarma de los sindicatos agrarios cuando la cosa aún no se había desmadrado. De quien no realiza una profunda labor de investigación y control de plagas. De quien promueve una campaña irresponsable de linchamiento contra los defensores de la naturaleza para sacudirse el muerte. De quien pone a parir al Gobierno central en todo y ahora llama a su puerta en busca de ayuda. De quien aprobó unas indemnizaciones ridículas cuando dilapida el presupuesto en otras medidas suntuarias o propagandísticas (se acuerdan de la Tizona de Silvia Clemente).
A estas alturas, uno no sabe que plaga es más dañina, si la de los topirratones o la de una clase política que a la hora de agarrarse al poder da muestra de una profesionalidad depredadora y parasitaria, pero a la hora de arreglar los problemas ciudadanos prefiere desviar la atención, mirar para otro lado, improvisar y, cuando ya no queda más remedio, porque se han puesto en evidencia, guiarse por el ensayo y error. Mientras tanto, eso sí, toca poner buena cara, llenar de retórica vacía las comparecencias públicas, y esperar a que escampe a ver si las heladas y el dinero del contribuyente consiguen lo que una administración tan perfeccionada no pudo ni paliar.
Alguien debiera tomar nota de que además de gestionar las ayudas de la PAC (¿por qué será que la eficacia se aplica siempre donde está el dinero?), una política agraria seria necesita, entre otras cosas que hoy brillan por su ausencia, una planificación coherente de las estructuras agrarias, una gestión eficaz de los sistemas integrados de control y eliminación de plagas, una integración de las medidas agroambientales en el desarrollo rural. En definitiva, mucho más que coger los fondos del FEOGA con una mano, para repartírselos a los agricultores con la otra como si fueran el aguinaldo que se agradece cada cuatro años en las elecciones autonómicas.

ALTER EGO

Tu vientre es una ecuación perfecta que no pude resolver.

Una crisálida encuentra en la cuenca de tu ojo el lugar exacto del martirio.

Las olas me arrastran a los arrecifes negros de tu bahía blanca.

No quiero desnudarte hoy, compréndeme, sería como si me desnudara y viera en tu pecho amable, mi pecho primitivo.

ATRIO DE SAN ISIDRO

Los espacios, como las personas, están sujetos al dictamen inapelable del tiempo, cuyo precepto obliga a que todo cambie y nada permanezca. Empeñarse en conservar cualquier realidad al margen de las influencias del entorno es desatino y un vano empeño abocado, en el mejor de los casos, a la exposición fosilizada de caricaturas extrañas. Hay lugares que, como las personas, pueden morir de éxito. Tienen todos los elementos para alzarse con la gloria del paisaje urbano, pero sin embargo, por no se sabe que infausta combinación de circunstancias, desaprovechan su potencial, durmiendo el sueño letárgico de los rincones malhadados.
Este atrio de una iglesia secuestrada ha visto sucederse usos y funciones de lo más variopinto a lo largo de su ya vetusta historia. Seguramente algunos no le han hecho justicia, otros han sido un vulgar remedo de pasadas glorias, y ninguno, en su época más reciente, ha sabido aprovechar como es debido esta terraza a los pies de la muralla y en los márgenes del río.
No hay nada peor que los gestores políticos indecisos y de romas ideas, más interesados en el exhibicionismo mediático que en la elaboración y aplicación de proyectos útiles y bellos que satisfagan a los ciudadanos. Cuando todo parecía indicar, después del necesario traslado del mercadillo, que por fin podría salir de la degradación un ámbito que, adecuadamente remodelado, ofreciera la síntesis armónica entre la naturaleza y el patrimonio, descubrimos que no pasa de ser un solar deteriorado para el estacionamiento irregular de vehículos.
Qué lejos aquel fugaz momento de esplendor en el que nuestro atrio se convirtió en el escenario apropiado donde los tenores y las sopranos cantaban sus arias durante las apacibles noches del verano abulense. Fue una iniciativa en la buena dirección que quedó truncada porque los que debían no estuvieron al nivel exigido, y dejaron pasar nuevamente una oportunidad que combinaba dos requisitos imprescindibles en este caso; puesta en valor del conjunto, y promoción turística y artística de la ciudad. A veces nos aventuramos en arriesgadas intervenciones, no exentas de riego y de polémica, que precisan onerosos presupuestos, y desaprovechamos recursos de fácil implementación que con sólo interpretar su dinámica y su estética consiguen convertirse en referentes simbólicos con una enorme capacidad de atracción. En el caso que nos ocupa, cualquier iniciativa, ampliamente reflexionada y consensuada, debiera contemplar la posibilidad de la restitución a su ubicación originaria de un monumento en su día amortizado, y que hoy sufre la desidia y el abandono de una administración incompetente en El Retiro de Madrid.
Una vez más, nos encontramos ante la disyuntiva de aceptar sumisamente la postergación de los legítimos intereses de Ávila o pelear por lo nuestro aunque ello suponga sacar los colores a los que forman parte del mismo partido político. El amor por Ávila no se supone, se demuestra.