He dejado de compartir la
opinión mayoritaria que incluso cuando acierta se equivoca. Empiezan a
seducirme los sistemas inestables y problemáticos, y, por principio, reniego de
los principios. Ya no acepto la disciplina ni el orden natural de las cosas.
Soy alérgico a las consignas y sospechoso de transfuguismo. No soy de fiar
porque no me fío de quien exige mi adhesión inquebrantable. Voy a
contracorriente para desovar mis ideas antes de que me las impongan.
1 comentario:
Me identifio plenamente con éste tu pensamiento, es por eso que adoro el anonimato y todo se lo dejo idotamente a la posteridad pues todo en este 'rabioso presente' me huele a misantropía.
Abrazo.
Hortensio...
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