BLOG LITERIO DE MARIO PÉREZ ANTOLÍN







martes, 15 de enero de 2008

UNA FOTOGRAFÍA DE SALGADO

Dos paquetes,
uno más pequeño que otro.
A eso se reduce
la condición humana
en una aldea
de Sudán o Etiopía.
Dos cuerpos amortajados
con trapos viejos y papeles sucios
en una posición que recuerda
el último abrazo
de una madre y su hijo.
Su identidad no importa.
Quizá sea cualquiera
de los enfermos hambrientos
que esperaron ayer
junto al dispensario
de una organización internacional.
Hasta las alimañas desprecian
una carroña
consumida antes de tiempo.
Esos dos paquetes, envueltos
con el esmero
de un regalo navideño,
contienen lo único que no
le pueden quitar a una persona,
sus huesos y su dignidad.

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