BLOG LITERIO DE MARIO PÉREZ ANTOLÍN







sábado, 19 de enero de 2008

LA LISTA ROJA

En la lista roja que publica Hispania Nostra se han incluido dos nuevos monumentos abulenses en situación de ruina: El Convento de Santo Domingo en Piedrahita y el Monasterio de Guisando en El Tiemblo. El primero fue fundado a finales del siglo XIV, y de la primitiva iglesia se conserva la capilla mayor donde reposan los restos de Don Hernando Álvarez de Toledo, Señor de Valdecorneja, y su esposa, Doña Leonor de Ayala. El segundo, declarado como Sitio Histórico, fue fundado en 1.375 y reconstruido en estilo renacentista en 1.546, destacando el claustro, con dos pisos de arcos escarzanos sobre sencillas columnas que, junto a la capilla gótica, es lo único que se conserva. Por él pasaron reyes como Juan I y Felipe II, santos como Teresa de Jesús, y nobles como Fernando Álvarez de Toledo, duque de Alba.
En esta lista con anterioridad se encontraban el Convento Agustino de extramuros en Madrigal de las Altas Torres y el Convento de Santa María de Jesús, conocido popularmente como Las Gordillas. Éste fue declarado Bien de Interés Cultural en 1.991. Su fundación se debe a María Dávila casada con Fernando de Acuña, virrey de Sicilia, y está integrado por elementos góticos y renacentistas, conforme a los usos españoles del siglo XVI. Aquél tiene incoado un procedimiento de declaración de Bien de Interés Cultual pendiente de resolución, destacando el magnífico claustro de su interior. Fue Casa Capitular de la provincia de Castilla, con cátedras de Teología y Leyes, y allí murió en 1.591 Fray Luís de León.
Salvo el Convento de Ávila, que pretenden convertir en un hotel de lujo aprovechando el proyecto para incluir algún bloque de viviendas en la huerta anexa, el resto de monumentos están en un alarmante estado de abandono.
Pocas veces nuestra provincia tiene la suerte de encabezar alguna lista, y para una vez que lo conseguimos, resulta que se trata del ranking de los mayores desmanes contra el patrimonio histórico.
Uno de los requisitos para convertirnos en un destino preferente del turismo de interior es conservar en óptimas condiciones nuestro legado artístico, facilitando, si es posible, su visita y su conocimiento. Esta tarea tiene que estar entre las prioridades de cualquier administración pública, antes incluso de las campañas publicitarias de promoción.
Vemos como proliferan los centros de interpretación y de recepción de visitantes donde se reproduce la realidad cultural, mientras que dejamos que ésta se vaya deteriorando sin acometer las rehabilitaciones que la devuelvan a su antiguo esplendor. A este paso, sólo tendremos un patrimonio de cartón-piedra con un grado, eso sí, de conservación extraordinario. En muchos pueblos de la provincia no es la especulación inmobiliaria el peligro, la auténtica amenaza es el desinterés, la desidia y la apatía por nuestras cosas.

No hay comentarios: