BLOG LITERIO DE MARIO PÉREZ ANTOLÍN







martes, 15 de enero de 2008

CALIDAD VERSUS MEDIOCRIDAD

Durante la celebración de INTUR en Valladolid pude escuchar con agrado unas declaraciones del Alcalde de nuestra ciudad en las que reconocía que el futuro turístico de Ávila pasa por reforzar la calidad y la excelencia de nuestra oferta cultural, para que se convierta en el mejor complemento de nuestro singular patrimonio y en un reclamo potente que haga que los visitantes repitan o aumenten su estadía. Las infraestructuras, dotaciones y servicios turísticos, sin llegar aún al máximo nivel, hay que reconocer que han alcanzado un estándar equiparable a cualquiera de los mejores destinos de interior nacionales. Por lo que se refiere a los equipamientos culturales, el déficit crónico que arrastrábamos desde hace décadas, quedará solucionado en el momento que se inaugure el flamante Palacio de Congresos y exposiciones. Pero los recipientes, por muy suntuosos que sean, han de contener una sustancia que sobrepuje su valor, so pena de acabar como reliquias decorativas.
La piedra de toque de estas buenas intenciones municipales encontrará su momento simbólico en el acto inaugural del centro antes referido. ¿Se optará por cubrir el expediente y salir del paso con un acto digno, aunque no sobresaliente (trayendo, pongo por caso, a la Orquesta Sinfónica de Castilla y León en una más de las muchas giras que realiza por nuestra región) o traeremos a algún conjunto instrumental que, como la Orquesta de Barenboim (es sólo un ejemplo de las muchas opciones posibles), se ha convertido, por méritos propios, en un ejemplo internacional de integración social entre árabes e israelíes reconocido, entre otros premios, por el Príncipe de Asturias? Tampoco debemos olvidar que solemos poner a nuestra ciudad como un ejemplo histórico de convivencia de las tres culturas que se puede rastrear en innumerables vestigios arqueológicos.
Otra de las tareas pendientes, siempre aplazada, y que saldaría la deuda que tiene Ávila con el cine de autor menos comercial, es convertir la Semana de Cine Ecológico, actualmente circunscrita a la mera proyección de películas que ni siquiera son de estreno, en un festival internacional de documentales de naturaleza. De esta manera, conservando las señas de identidad temáticas del proyecto original, reforzaríamos nuestra imagen de ciudad comprometida con el medio ambiente, y entraríamos en el circuito de los certámenes audiovisuales con una opción todavía muy poco explotada, a pesar de la importante producción que anualmente se genera en este campo. Poner en pie un proyecto de esta envergadura, con un jurado de prestigio, con unas secciones y actividades paralelas atractivas, y con todas las campañas de difusión y marketing necesarias, requiere de grandes esfuerzos humanos y económicos. Pero para estar en los primeros puestos de la innovación cultural hay que arriesgar y apostar fuerte. Cualquier cosa menos aceptar la mediocridad de los conformistas.

No hay comentarios: