Los tejados se acolchan de satén blanco
entre el balanceo blando de los copos
y la gasa leve del cielo.
El mundo parece
hoy una fotografía en blanco y negro
dentro de una fea caja de zapatos.
No hay nada que perturbe nuestro sosiego;
el viento apenas sopla, el frío se templa,
los pasos se amortiguan.
Ninguna excusa nos impide arrojarnos
al vacío desde la ventana, salvo
que está nevando,
y es la primera vez que lo hace este año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario