BLOG LITERIO DE MARIO PÉREZ ANTOLÍN







lunes, 24 de diciembre de 2007

EL LIBRO PENDIENTE DE JUAN GELMAN

Este año el premio Cervantes ha recaído en uno de los poetas esenciales de la lengua castellana, digo lo de esencial no sólo por la importancia de su obra, que la tiene, sino especialmente porque la suya es una poesía que busca en la esencia del alma humana la dimensión de la palabra.
Juan Gelman estuvo en nuestra ciudad cuando recibió el premio Teresa de Ávila de las Letras, que fue el primer galardón literario importante que obtuvo en nuestro país. Después vendría el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, y ahora, el Cervantes. Parece que por una vez Ávila supo anticiparse al reconocimiento de un hombre universal cuya lucha por la dignidad le ha llevado a enfrentarse a las dictaduras y a reclamar la justicia de la memoria para los desaparecidos en Argentina. A él le tocó pagar un alto precio por la defensa de la libertad, soportando el dolor, que se filtra en sus versos, del asesinato de su hijo y el secuestro de su nieta.
Cuando coincidí con Gelman en el acto de entrega pude comprobar su grandeza al dedicar sus primeras palabras de reconocimiento al escritor que, aunque no le correspondió del mismo modo, compartió el galardón con él (el ser uno de los mejores poetas hispanoamericanos, y el que todos los poemas de su libro Citas lleven a Santa Teresa en el título eran méritos, según algunos, que como mucho justificaban un premio ex ecuo). Gestos así demuestran que en el autentico escritor crece antes la humildad que la egolatría.
Estos días he recibido numerosas llamadas de amigos que deseaban el libro de Gelman que el Ayuntamiento de Ávila tiene la obligación, según las bases, de publicar al ganador. Ciertamente de haber existido tal libro hoy tendríamos el honor, junto a la editorial Visor, de ser una de las pocas instituciones que cuentan en su catálogo de publicaciones con el último premio Cervantes. Ni que decir tiene que la edición se habría agotado inmediatamente y que estarían preparándose nuevas reimpresiones. Pero tal cosa no ha podido suceder por la negligencia de los responsables municipales que, incumpliendo el compromiso adquirido, acumulan un retraso inaceptable en la colección de libros Castillo Interior, donde debe recogerse una selección de la obra del escritor premiado. Junto a Juan Gelman, en la cola de espera están: Arrabal, Siles, Cremer y Clara Janés. Demasiados y demasiado buenos para someterlos a este inmerecido desprecio, que si algo socava, no es el prestigio de autores que se lo tienen bien ganado y merecido, sino la confianza en un Ayuntamiento que incumple la palabra dada sin importarle el descrédito de nuestro galardón literario más importante.

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