BLOG LITERIO DE MARIO PÉREZ ANTOLÍN







sábado, 24 de noviembre de 2007

IN OMNE TEMPUS

Esa estrella que columbras ahora
hace mucho que congeló sus brasas.
Fue un soplo de tu vida en el pasado
el recuerdo que atraviesa tu mente.
Esta vela que apagas con los dedos
mañana nos sacará de la noche.
Las formas arrancadas a la piedra
por la mano experta del escultor,
el tiempo se encargará con su paso
de que tengan su prístina figura.
Un cuerpo momificado en Egipto,
cuatro mil años después, me reclama
en las salas de un lúgubre museo
y a cientos de leguas de distancia.
La mejor forma de escapar al tiempo,
es dejarse arrastrar por la corriente;
y, desembocando en su nacimiento,
renacer en su desembocadura.

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