BLOG LITERIO DE MARIO PÉREZ ANTOLÍN







domingo, 16 de marzo de 2008

HOGARES Y FAMILIAS DE ÁVILA

Siendo la familia uno de los elementos fundamentales del sistema social, no se prodigan los estudios y estadísticas que aborden con la suficiente profundidad su estructura y dinámica. Se puede decir que a pesar de su omnipresencia es en términos científicos una gran desconocida. La razón, que no la justificación, hay que buscarla, tal vez, en su gran estabilidad que para algunos hacía innecesaria la permanente actualización de los datos y las conclusiones. Pero, como quiera que esta premisa se ha visto superada en la actualidad, resulta inaplazable una puesta al día que detecte los cambios y mutaciones más significativos que se están produciendo.
La Junta de Castilla y León acaba de hacer público un estudio sobre esta materia que resulta enormemente esclarecedor y echa por tierra algunos tópicos que con dificultad aguantan el análisis objetivo de las evidencias. Como conclusión general hay que admitir que, aunque aun menor ritmo, nuestra región no escapa tampoco a los nuevas realidades que están haciendo evolucionar la célula familiar hacia formas mucho más plurales y flexibles que las precedentes; si bien, hay que admitir que Ávila ocupa una posición que si en algo destaca es en la resistencia de los modelos tradicionales en comparación con el resto de provincias.
Bueno, y cuáles son, se preguntarán ustedes con toda la razón, los rasgos distintivos de las familias y los hogares abulenses; pues, para no andarnos por las ramas, y ya que parece que no resisten la curiosidad, voy a decirlo ahora de forma concisa y esclarecedora. El prototipo de familia mayoritario vive en una casa unifamiliar, un 63,5%, a diferencia del resto de castellanos y leoneses que lo hacen sobre todo en pisos y apartamentos. Debiéndose esta inclinación por el chalet más a la ruralidad del medio que al poder adquisitivo de nuestros bolsillos. Tenemos las familias más pequeñas de la región con un número medio de miembros de 2,7, algo achacable no tanto al descenso de la natalidad, cuanto al envejecimiento de la población. En el 58,7% de los hogares abulenses sólo una persona aporta ingresos, por regla general el padre, por el contrario en las otras ocho provincias son mayoría las familias con dos ingresos, normalmente del padre y la madre. Esta característica habla a las claras de la baja tasa de actividad femenina y del modelo patriarcal dominante. La última seña de identidad que singulariza a nuestras familias son los bajos ingresos y los escasos gastos. Un 52% vive con menos de 1500 euros al mes y el 79,8% se conforma con no sobrepasar esta cantidad cuando tiene que comprar. En definitiva, abundan en Ávila las familias pequeñas, rurales, tradicionales y pobres. Un rasgo sociológico que condiciona nuestra mentalidad y alguna otra cosa.

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