I
Reconozco que las radiografías
hacen más justicia con mi persona:
esa espectral radiación que nos funde
la carne en viscosidades de cristal
aligera el peso y me reconcilia
con este cadáver que llevo dentro.
II
La noche ciñe mi silueta
y camina hacia los subterráneos
como un estilete que raja
el alquitrán recalentado.
En la respiración de unos pulmones
enfermos por la silicosis encontramos
el miserable apego a la existencia.
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