-¿Dime, por qué fuiste?
-Por esa extraña manía que tienen algunos hombres de perturbar el silencio del bosque, con el silencio cómplice del alma.
-¿Encontraste lo que buscabas?
Hallé, sin proponérmelo, la síntesis perfecta allí donde menos suponía.
"La rotunda pesadez del tronco y la ligera ingravidez de las ramas".
-¿Es eso suficiente?
-Tal vez, si la humanidad fuera un monte repoblado de certezas.
-¿En qué estación del año?
-En otoño, aunque parezca una broma del destino, las mejores ideas las tuvieron los ajusticiados justo antes de perder la cabeza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario