¡Degradadme!
No pienso delatar a ningún compañero, a menos que corra su misma suerte.
¡Relegadme!
Hay muchos que quieren mi puesto
y yo necesito que me liberen de esa carga tan lucrativa.
¡Inhabilitadme!
Puede que tengáis razón,
tampoco fui eficiente cuando era preciso un funcionario estéril
capaz de mirar a los miserables cara a cara
y escupirles indiferencia envuelta en papel de regalo.
¡Acabad de una vez!
Quiero un final honesto
después de haber incurrido en ciertas contradicciones y sevicias
achacables desde luego a mi falta de confianza en la bondad de la masa.
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