Siempre que presento un libro en Valladolid, y ayer también sucedió con DE NADIE, siento el calor y el apoyo de los amigos. Me acompañaron en la mesa Carlos Aganzo y Esperanza Ortega Martinez, dos poetas admirables; modelo de escritura rigurosa y sublime. Nuria Cadierno y Javier Campelo Bermejo completaron una actuación para recordar.
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